Simpático versos de Raúl Urbano Montañés Medina, nacido en Punta Ballena, Maldonado, Uruguay.
Allá por el horizonte,
en un estadio cerrao,
juegan los seleccionaos
de las sierras y los montes:
de un lao el rinoceronte,
un mono y un avestruz,
un perro, un pato, un ñandú
y los cinco delanteros:
un lagarto, un burro, un tero,
un caballo y un tatú.
Del otro bando la urraca,
un elefante y un ciervo,
de «jalves» un gato, un cuervo
y de «centro-jaf», la vaca;
las cinco piezas que atacan:
un gallo y una pantera,
una tortuga guatera
y un loro que es una flecha,
y allá en la punta derecha
han puesto una chancha overa.
Comienza el partido...
Toma la pelota el gallo,
que es un huevo de avestruz,
éste la pasa al ñandú,
pero intercepta el caballo;
con la rapidez del rayo
éste la tira a un costao,
como está bien colocao
le está gritando el lagarto:
---Abran campo, que los parto---,
pero tira desviao.
Toma el perro, da a la vaca
ésta le hace un pase al ciervo
pero la intercepta el cuervo
que vuela al ras de la cancha;
se produce una avalancha,
todo el mundo se alborota,
la culpa es de la gaviota
que gritó desde el tabú,
---¡Que lo saquen al tatú
que no agarra una pelota!.
Viene el centro alto y ceñido,
toma de voleo el perro,
pero tiene miedo al fierro
y se pasa a los ladridos;
el juego está suspendido,
está que explota la hinchada,
el burro flor de patadas
le dio en la panza al caballo,
quiso cacarear el gallo
pero el juez no cobró nada.
Cuando arremetía el pato,
detiene la carga el loro
pa cobrarle «faul» al toro
en la persona del gato,
suena de nuevo el silbato,
viene el huevo de avestruz
salta el perro y el ñandú
y el mono con una piola
lo tiene atao de la cola,
por si entra al juego el tatú.
Domina el juego la chancha
que tira bajo y rasante,
pero atento el elefante
saca al medio de la cancha;
la tortuga hace la plancha,
entonces toma la vaca,
ésta primero se hamaca,
le hace un pase a la pantera,
ésta tira de primera
pero ataja bien la urraca.
...
Se arma lío al poco rato
entre el caballo y la chancha
porque éste de atrás la engancha,
ella le gritó : ---¡Animal...!---;
el mono gritó: ---¡Penal...!---
y el juez lo echó de la cancha.
Se han entrompao el elefante
y se ha vuelto pura arruga
por culpa de la tortuga
que no va para adelante;
hay un chajá vigilante
que nervioso se pasea;
después se armó otra pelea
porque un grillo en el vestuario
dijo que no es partidario
de tácticas europeas.
Ya se juegan los descuentos,
el «escore» es cero a cero
toma el huevo el tero tero
que arremete como viento,
en ese mismo momento
se produce un caso extraño:
la urraca sufre un engaño,
el perro se ha puesto malo,
la culpa es del picapalo
que le comió el travesaño.
En eso grita la chancha
desde el extremo derecho
que si no le dan afrecho
se retira de la cancha,
vuelve otra vez la avalancha,
entra el león enfurecido,
queda el estadio vacío
cada bicho pa su «a'ujero».
El «escore» cero a cero
y así terminó el partido.
Raúl Montañés