El mundo al revés, por la inolvidable chilena Violeta Parra.
El hombre se come el pasto,
el burro los caramelos,
la nieta manda al abuelo
y la sota al rey de bastos;
'l agua la llevo en canasto,
me duermo debajo el catre,
todo lo endulzo con natre,
bailo en la tumba del muerto,
mentira todo lo cierto
gritaba desnudo un sastre.
Los pajes son coronados,
los reyes friegan el piso,
el diablo en el paraíso
y presos van los soldados;
se premiaron los pecados,
fusilamiento de jueces,
en seco nadan los peces,
será un acabo de mundo
cuando en los mares profundos
las arboledas florecen.
Los justos andan con grillos
y libres van los perversos,
noventa cobres un peso,
seiscientos gramos un kilo;
los futres andan pililos,
los gordos son raquiticos,
brincaba un paralitico
sobre un filudo machete,
ocho por tres veintisiete
divide un matematico.
De asiento tienen el piano,
tocan música en la silla,
Caín es la maravilla
para el Abel de su hermano;
camínase con las manos,
los santos son pendencieros,
bendicen a los rateros,
se acuesta el perro en la cuna,
debajo 'e la blanca luna
la guagua muerde al rondero.
Aquí termina el ejemplo,
fue por el mundo al revés,
y, con la venia de usted,
al teatro lo llaman templo;
muy plácido te contemplo
dice el bandido a su presa,
es más hereje el que reza,
los viejos van a la escuela,
los niños a la rayuela,
ya «naide» tiene cabeza.